miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mi primer post spam: Premios Ojo


Me dicen por ahí que me han dado un premio. Y como la persona que me lo ha dado es inteligente e interesante (además de escribir genial, si es que lo tiene todo), voy a tomarlo en consideración y a agradecérselo (a pesar de llamarme dark). No devolviéndole el premio, puesto que sería, como diría Lobo en la maravillosa película "Pulp Fiction" (si no la habéis visto ya vais tarde), "chuparnos las pollas" demasiado. Parece que me toca repartir premios a aquellos bloggers que hay que leer en la red,allá voy, sin orden ni concierto:

Juan: Un blogger de tomo y lomo, al que leo siempre con una gran sonrisa. Porque, aunque todavía no lo conozco, su frescura hace que más que una lectura me lo imagine contándome lo que escribe. Por expresivo y auténtico, hay que leerlo.

Assassin: Otro que tal baila. Su blog, aunque después de leerlo un rato y cambiar a otra página me duelen los ojos (por aquello del negro sobre blanco), es altamente recomendable para entender una persona con mucha, mucha vida interior. Algunos posts en los que cuenta su vida diaria son, sencillamente, deliciosos.

Alicia: Me enamoré de este blog desde el primer día, por sencillo, bonito y muy simpático. Además, su autora es un encanto de mujer y tengo muchas ganas de ir con ella de mojitos, porque es otra que imagino jovial, cercana y maravillosamente fiestera. Y eso me gusta de ella, eso me gusta de su blog.

Álex: Es todo ternura, toda una reflexión constante acerca de lo dura y rutinaria que puede ser la vida que vivimos, con nuestras elecciones y nuestras relaciones. Todo un descubrimiento, oye, a pesar de que muchas veces no esté de acuerdo con lo que dice. ;)

Eric y Tom: Son los vibrantes autores, que desde el humor y la sátira al "barroquismo" y la vida gay retratan, en muchas ocasiones, vivencias que todos hemos visto o sentido en nuestras propias carnes. Es fenomenal, y reconozco que me encantan los dibujitos que ponen.

Nacho: Un blog en crecimiento, de un gran fan de la Oreja de Van Gogh, que conocí casi de casualidad pero que leo poco a poco, y me hace recordar. Además de gustarme la música que pone, me siento identificado con algunas historias... y claro, la empatía es lo que tiene.

Geógrafo Subjetivo: Uno de mis referentes en la blogosfera progresista en castellano. Entre otras muchas reflexiones interesantes, sus vastos conocimientos jurídicos, históricos y políticos hacen de muchas de sus entradas un placer intelectual. Yo soy así.

Egócrata: Otro grandísimo blog sobre economía, política y demás maravillas académicas, pero con un finísimo sentido del humor. El seguimiento de las primarias americanas fue sublime, y leerlo todos los días es para mí casi obligado.

Txe Peligro: Un escritor sublime. Posmoderno, atrevido, interesante y otros muchos calificativos. Durante algún tiempo lo leía bastante, ahora me he vuelto acordar y quiero recomendároslo. Espero que tenga un brillante futuro porque a mí, al menos, me dice muchas cosas.

Peperufo: Un análisis rutilante y brillante de muchas de las cuestiones políticas actuales, especialmente centradas desde unas ideas y hacia una zona concreta, pero muy recomendable. Aviso para navegantes: Es muy rojo.

¿Sorprendidos? Si es así, me alegro. No todo iban a ser blogs LGTB en mi vida. Si no, tendréis que esperar a otro post, que ya anuncié. Pero nobleza obligaba.



PD: Y de postre, algo dulce por fuera, pero... amargo por dentro.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Mi vida en la UCM: Preludio.

Llegué más tarde de lo que tenía pensado, todavía no acabo de pillar las horas del bus que pasa por delante de mi casa. Pero me sorprendió la marabunta, gente diversa, muy diferentes entre sí, yendo de arriba a abajo en una algarabía que me pareció maravillosa. Se respira algo muy diferente entre esos muros, diferente a lo que yo estaba acostumbrado.

Entre papeleos varios y miradas cargadas de sentido a unos lados y a otros, en las horas que he pasado en la Facultad me he ido haciendo a su ambiente, a su olor, al ritmo frenético que acompaña los momentos. Un par de saludos, algún conocido, colas (de las de esperar), asientos incómodos en las clases y un panorama académico interesante, esperanzador.

Entre los compañeros hay de todo. Desde señoras mayores que se ve que no tienen nada mejor que hacer que ponerse a estudiar Historia de los Estados Unidos, hasta los típicos geeks (nerdos, como diría mi amiga Lizzy) que van con pantalones de chandal, camisas de cuadros metidas por dentro y gafas que no las hubiese llevado ni la madre de Donald Trump. Aunque, como es obvio, y para variar, he visto varios hombre de mi vida, algún que otro futuro marido y barroquismo variado, ora nacional, ora Erasmus. No haré apuestas, prefiero tomarme mi tiempo e ir socializando más.

Lo mejor: Iba yo camino del club deportivo de la Facultad, me gustaría apuntarme a algún equipo de fútbol, rugby o similar... Y cuando me asomo, veo como siete tipos tomando cerveza tirados en un sillón que tenía pinta de estar muy usado. Y en fin... digamos que no se respiraba especial ambiente deportivo.

Es sólo el comienzo, auguro que va a ser un año para recordar, para licenciarse y para pasarlo muy muy bien. Espero contribuciones para mejorarlo, ;)



PD: No me han dado el trabajo soñado, no seré independiente este año.
PD2: En la próxima entrada hablaré del tema, el cruising.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Love will tear us apart.

El otro día, en medio de la brevísima temporada de exámenes, decidir ir al cine con mi ex (supongo que volveré a hablar de él). Sí, he tenido una relación de mucho tiempo, más de dos años, y como volví a la ciudad donde él vive, decidí decirle que fuésemos al cine a ver una de esas pelis de acción y ciencia ficción que tanto nos gustaban. Lo que se prometía una noche agradable, de cariño, amor e incluso pasión (ya me entendéis) acabó en una fortísima discusión por la incapacidad de controlar los contradictorios sentimientos que él siente hacia mí.

Todo fue porque decidí irme al prometer él estar a la hora y llegar 15 minutos más tarde. La espiral de discusión llegó a terminar en un "olvídame, para ti ya no existo, como si estuviese muerto". Yo, evidentemente, no lo creí. Ahora escribe en su blog canciones y poemas de desamor, y lanza preguntas al viento esperando que yo conteste.

Pero estoy harto. Harto de no poder ser feliz con él, harto de tener que elegir entre el todo y la nada, entre la exclusividad y la imposibilidad de mantener una relación de amor a distancia con vidas muy diferentes. Y mira que es guapo, que es atractivo, y que me gusta y lo quiero... pero estoy muy harto de tener que mirar al pasado y aguantar reproches de errores que los dos cometidos pero los dos no hemos superado del mismo modo.

Al final, ni película, ni sentimientos bonitos, ni nada que se le pareciera. Y ahora súplicas, sollozos y muestras de acercamiento que nunca pedí y, aunque me duela, no quiero aceptar por ahora. Porque estoy harto de la grandilocuencia, del descontrol emocional y de la falta de madurez. Quiero sencillez. ¿Tan difícil es aceptar que aunque ya no estés con alguien puedes seguir viviendo momentos felices? ¿Tan difícil es verse de vez en cuando y estar bien, sin discutir ni gritar?

El miércoles noche sentí que debía llorar, lo pensé. Pero no era capaz, se ve que no lo necesitaba. Pero, como dice la canción, el amor nos hará trizas.



PD: No voy a poder ir a la quedada porque estoy planeando mi futuro próximo, y tengo papeleos que hacer esta semana en mi tierra. Me dais envidia, me encantaría ir. Espero que Alicia y yo podamos apuntarnos a la próxima.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Retazos de domingo.


1. He ido al acto de Evo Morales en Leganés. Además de impuntual y malamente organizado, el señor no es que hable demasiado bien. ¿Nadie se lo ha dicho? Y sólo me refiero a la forma, del contenido mejor ni hablo.

2. He visto un gafapasta (que sin granos y con algo de espíritu no estaría mal) con una chupa de cuero muy bonita. Estuve tentado de decirle algo, pero pasé. Luego la vi entera, y me alegré de mi silencio. Además, se bajó lejos de mi parada.

3. ¿Por qué siempre que entro al baño de Príncipe Pío a mear (con normalidad, no en plan criusing, que de eso hablaré otro día) siempre me entran tíos que me triplican la edad? ¿Nunca me provocará alguien como yo?

4. Parece que mi blog va teniendo seguidores. Os quiero, chicos y chica, jejejeje. Espero no decepcionar.

5. Mañana a ponerse de pijo guapo y a buscar tutor para el proyecto de investigación... Deseadme suerte. Además, quizá sepa si me dan EL trabajo y si gano 2.000 euros de un premio.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Cosas que nunca te dije.


Saturday night, but no fever. Vamos, que este sábado he decidido quedarme en casa. Había pensado en salir para ver a un amigo, que salía con sus amigos y su chico. Estoy algo desganado, tengo que estudiar para acabar por fin el verano esta semana, y llevo pensándomelo todo el día, porque tardo en ir y en venir, y no me apetece ver según que cosas.

Este amigo mío, al que llamaré Curlboy, y yo nos conocemos desde hace un par de años y algunos meses. Nos conocimos muy lejos de España, y él tenía pareja. Pero un acercamiento paulatino hizo que fuésemos cogiendo confianza. La confianza hizo la cercanía, la cercanía el cariño, el cariño el roce y el roce hizo que acabásemos besándonos bajo unas sábanas tras una comida campestre con mucho vino blanco chileno, mientras su chico estaba en la enfermería (pero a él le daba igual, puesto que ya me había tirado los tejos y habíamos tenido nuestros más y nuestros menos días antes). Posteriormente, nos separamos, tras el verano cada uno volvió a sus vidas. No obstante, seguimos manteniendo el contacto a pesar de las dificultades de ambos. Él acabó dejando a su pareja, y aunque en estos dos años y pico ha habido momentos de distancia y momentos de cercanía, nos veíamos cada cierto tiempo. La atracción era incontenible.

El plan era simple, pero intenso: Vodka y mezcla por ahí con todos sus amigos gays (la locaza, el tío bueno, el americano pasivo y otros que no conozco) y la clásica amiga de gays (que me cae fenomenal), para luego, algo pasados, ir a Cool a exhibirse un rato y bailar. Después, al amanecer, quizá reirnos en cualquier banco de Vázquez de Mella o de Gran Vía e intentar desayunar sin odiar las lentillas. Luego, medio dormir, encontrar el autobús (ya diurno) adecuando y luchar por no bajarme cuatro paradas antes (mmm, el Rodilla me puede) o en la última tras soñar con los angelitos (y ahorrame un kilómetro andando con una tasa de alcoholemia del 0'25 a plena luz).

Él vino a estudiar a Madrid, a sólo 300 kilómetros de casa, y teniendo yo sitio allí. Él me consiguió entradas para ese concierto de estreno al que fuimos juntos. Con él vi películas en ese multicines tan caro donde siempre acabábamos de aquella manera cuando la sala se vaciaba (y es que su miembro erguido da casi vértigo). Él me iba a despedir al autobús cuando volvía a casa, y con él compartía el vaso grande de Cola-Light de BK (nunca McDonalds, eso no era para nosotros). Recuerdo una noche, en Príncipe Pío, en que, por fidelidad , no lo besé, a pesar de que nos deseábamos mucho, y parecía que esa cena en ese italiano, esos paseos y nuestros cuerpos estaban hechos a propósito. Una noche alucinante que no aproveché.

Pero la siguiente vez que nos vimos, apenas un mes después, había conocido a ese chico tan perfecto. 24 añazos, ojos verdes y buen cuerpo, simpático, romántico, detallista y con carrera y trabajo. Y todo se desmoronó: Nuestros planes de ir juntos un fin de semana a Londres, nuestras citas inocentes, nuestras citas no tan inocentes, las pelis...

A eso de las 21:30 me llamó. Me dijo que viniese, que me esperaba para salir. Le dije que estaba desganado, que estaba cansado, que tenía que estudiar, blah, blah, blah. "Quiero que vengas, me hace mucha ilusión verte. No acepto un no por respuesta, tengo muchas ganas de estar contigo", me dijo. Yo apenas contesté.

"Y yo lo que quiero es que dejes a tu novio y me beses como aquella vez", pensé yo. Pero no lo dije.

sábado, 12 de septiembre de 2009

11/09/73


...Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor...

S. Allende.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Qué tortura de noche.


Madrid es una tortura constante. Y no sólo porque esté más lleno de gente guapa que otras ciudades. No sólo porque pueda contar hasta 10 melofos en menos de 30 segundos esperando al metro en Moncloa o en Callao. No sólo porque haya una tentación diferente en cada esquina, no. Es una tortura porque soy un facilón, como le confesé ayer a dos amigos con los que salí en plan "tranqui".

Y es que no nos veíamos de hace un mes. Quedamos sólo tres, ese número mágico e histórico: Una chica rubia natural pero muy inteligente (tanto que yo pensé que era oxigenada), un chico de 25 tacos, buenorro donde los haya, medio judío y casado con una cubana que sigue viviendo en la isla. A esa pareja maravillosa se añade el menda, que tenía intención de quedar a media tarde-noche, en el Tigre (qué grande ese lugar), para tomar un par de rondas y a casita, que toca estudiar, descansar, etc...

Pero, para variar, y como soy un facilón, entre la rubia y el buenorro (olvidé decir que tienen el pelo igual de largo, aunque él lo lleva recogido) me sedujeron. Y donde hubo sidras, también hubo chupitos de vodka y blue tropic en el Outlet. Y donde hubo chupitos, hubo alcohol variado en las terracitas de Chueca, mientras intentábamos arreglar el mundo y la ONU (por separado, claro). Y después llegaron los encuentros con el chileno-francés (cuyo padre, famosísimo abogado, tiene un piso en París, otro en Madrid y a saber cuáles más en otras capitales europeas), con el francesito hijo de un empresario que abandonó a su mujer por otro empresario, con su compañero de piso (con el que se comenta comparte más que chicas en los tríos que hacen cada fin de semana), con la californiana que ganó el concurso de baile "hot" y ese cartel sobre la forma de matar zombies.

Y de querer llegar a casa a las 23:30 a perder las llaves en el intento mientras bailábamos por algún garito de Argüelles. Y llegó el momento de la separación... O eso creí. Los tres decidimos, por invitación de ella, quedarnos a dormir en su casa, porque nos caía cerca de todo y de nada, y podríamos continuar la fiesta: Él, que tiene nombre romano, intentaba hacer la automatrícula de la Complu por internet, y yo me quitaba las lentillas pensando cómo dormir.

¿La solución? En tándem, con dos colchones unidos, él en medio sin camiseta y muriéndonos de la risa y de frío con el aire a toda potencia. Sabiendo que nos quedaba apenas hora y media de sueño.

Y fue el trío perfecto. Sobre todo porque no follamos. Bueno, sí, pero eso fue mi sueño... En mi dulce tortura noctura. Porque a mí estas cosas, en casita, no me pasaban.