domingo, 22 de noviembre de 2009

Falsas alarmas


Situación 1: Fiesta privada en una habitación de un hotel de 4 estrellas. Botellas de vino y ron, 11 personas en una habitación doble bastante amplia. Vas al baño, donde están dos tías pintándose la raya de los ojos. Entra detrás de ti un chico bastante apetecible, del que tienes sospechas.

-¿Tenéis ya el lápiz de ojos?
-Sí, Captainboy, aquí está, ¿por qué?
-Es para que me hagáis la raya.
-¿En serio lo dices?-digo yo.
-Sí, claro.-me dice con cara de estar haciendo lo más normal del mundo.
-Ah, vale. Pues, venga, yo también, que voy de negro.
-Perfecto, así vamos los dos-Dice. Y te sonríe maravillosamente.

Situación 2: Fiesta en un pub de Nuevos Ministerios. Estás toda la noche hablando con gente, cuando ves un chico bastante mono, con una camisa verde aguamarina y vaqueros (por dios...). Se te acerca, se presenta (me llamo Pau), y se pone a hablar contigo muy cerca. Te cuenta su vida, obra y milagros, te da de beber de su copa (creo, iba tan borracho a esa hora que no estoy seguro), y pasa una chica amiga tuya. Y va y suelta el tal Pau:

-Dios, qué bien huele tu amiga, me recuerda a una ex que tuve.
-Ah, mira qué bien.

Y te vas, claro.

Situación 3: 1º parte: Estás en un salón de gala de cierto palacete de la Castellana. Te cruzas con un chico con el que no te habías mirado. Tiene unos ojos azules maravillosos, que te miran. Os mantenéis la mirada. Pero tenéis prisa, y seguís cada uno para cada vuestro lado.
2º parte: En la misma fiesta de antes, te lo cruzas, y ya os paráis. Se presenta, te habla, tú le hablas, os acercáis, le tocas (dios, qué cuerpazo), se deja, le tocas más, se deja, pasas a sobarle el torso como quien no quiere la cosa, y se deja. Pero nada más, y llega más gente y te raptan.

Pues así, en pocos días, las falsas alarmas tienden a infinito. Y uno no gana para sustos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Saturday Night

Después de las magníficas crónicas de mis queridos y estimados Juan, Assassin, B. Lee, Kokoro y Álex, parece que me queda poco que aportar para ofrecer una visión sobre la noche de botellón y Cool el pasado sábado: La tercera quedada bloguera-festera.

Yo, para variar, llegué tarde, llevaba un día frenético y, claro, uno tiene que tomarse su tiempo para vestirse, arreglarse y ponerse mono, que nunca se sabe. Total, que cuando llegué a Plaza del Rey aquello ya estaba medio desfasado, porque las conversaciones guarras ya habían empezado. Nos reímos mucho, sobre todo con lo del emorapero y su posterior conversión en emohomorapero (me suena que fui yo el que metí lo de homo, pero claro, cuando uno se ha metido más brugales que Carmina Ordoñez antes de meterse en la ducha se hace difícil recordar con claridad). Desde luego, si paso por malos momentos económicos, yo estoy dispuesto a ser putita suplente de Assassin, para los conciertos que nos salgan en el extrarradio y esas cosas, que uno tiene su dignidad y no quiere que lo vean en ciertos sitios. Ah! y niego haber dicho, así en seco, que lo mejor es tumbarse y dejarse hacer... si precisamente yo soy hiperactivo.

El resto de la noche es para mí mucho más confusa, tengo mil lagunas que no consigo llenar. De hecho, no recuerdo la mitad de lo que cuentan los otros en sus blogs, porque entre las copas que me bebí (y la que no me bebí que me tiró el talibán de Juan), la búsqueda de rollos para nosotros de Kokoro (no sólo le buscó a Juan, doy fe...) y mis idas y venidas de olla y de... pues como que al final no estuve mucho rato en un mismo sitio. De hecho, no vi al italiano, y me perdí otros muchos momentos. Hablé con alguien en el baño (no sé de qué) y no sé si como fui capaz de copiar sin equivocarme una dirección de messenger que uno me dio.

Al final, acabé viendo a un horrible ex de Curlboy (que hace un año y pico pensaba que yo era un amigo hetero y nada más, iluso...), conociendo a un chico que dice ser "tímido" y que le parezco "gracioso" (no sé cómo tomármelo, porque luego dice que le toqué el culo, él se dejó, y que a ver si quedamos otro día para ir de fiesta), despidiéndome de B. Lee con dos besos (creo), y acompañando a RedHeadboy (del que ya hablaré en próximas engregas) a su tren destino casita, en medio de besos, y demás cosas tiernas...

Chic@s, contadme: ¿Hubo espectáculo porno? ¿Es verdad que os empotráisteis mutuamente? ¿Había música en Cool? Si así era (no lo recuerdo), ¿Qué tal estaba? ¿Cuándo nos abandonaron Álex y Assassin? ¿Cuánto te costó el taxi, guapa? Demasiadas preguntas y yo sin respuestas.

Por cierto, a la próxima es obvio que me apunto, aunque yo prepongo invitar, además de a Nando, a Proudstar. Y si no, pues vamos a buscarlo. Curiosidad que tiene uno, oye.

PD: Quiero que Kokoro se venga a vivir definitivamente a Madrid. El vuelo a Argentina te sale más rentable, chica.

PD 2: Este sábado toca Elástico con unos amig@s. ¿Recordamos nuestra primera vez?:P